sábado, 28 de julio de 2018

LA MARAVILLOSA VITAMINA D


El doctor Elmer MacCollum, de la Universidad de Wisconsin, fue el descubridor de la vitamina D. Hasta entonces se habían descrito la A, la B y la C. Por consiguiente la siguiente fue la D. En realidad no era una vitamina, porque las así llamadas son sustancias que se adquieren del exterior íntegras, ya que nustro organismo no tiene la capacidad para fabricarlas. Pero sí tenemos capacidad para fabricar vitamina D. Lo hacemos en la piel. Por tanto no es una vitamina. Elmer hizo su descubrimiento en 1922. Falleció en 1967. Tanto hablaba de las vitaminas que, en alguna revista, fue llamado el doctor vitamina. Una de sus frases favoritas era "come lo que quieras pero antes come lo que deberías". Impulsó la investigación alimentaria y se empeñó en que toda la población bebiera cantidades ingentes de leche, cosa que consiguió convirtiendo a Norteamérica en el país de los obesos por excelencia. Parecía que la vitamina D sería el remedio del raquitismo, de esas personas con malformaciones óseas y falta de calcio en los huesos, pero luego se descubrió que era importante para la defensa inmunológica del organismo, evitar tumores y, en general, para todo. 
 La vitamina D proviene de dos fuentes: la luz solar y la ingesta. En realidad la vía más importante es la exposición al sol. Desde el paralelo 34 norte hay problemas con la exposición a la luz. Concretamente el invierno peninsular ocasiona déficit. Un 7% de la población mundial tiene déficit de vitamina D. Cuando llega al hígado sufre una hidroxilación a cargo del enzima CYB27B1 (que tiene sus mutaciones). Después a nivel intracelular es destruida por el enzima CY324A1. Si hay un déficit en el primer enzima se produce hipocalcemia y raquitismo. Si hay un déficit en el segundo enzima se produce hipercalcemia idiopática infantil y, en el adulto, hipercalcemia y nefrolitiasis con cólicos. El déficit de hidroxilación, en niños, suele asociarse a alopecia (por tanto hipocalcemia y alopecia ya sabemos lo que significa). Por tanto, los niveles de vitamina D están regulados por dos enzimas: una que genera su activación y otra que la desactiva. 
 Aunque hay varios metabolitos, el que medimos en sangre y consideramos como patrón "oro" es el 25-hidroxivitamina D (Calcifediol). Realmente lo que sale del hígado es Calcifediol y lo que es producido tras el paso renal es el Calcitriol. En algunos países con poco sol los alimentos van con vit D añadida. Sería recomendable tomar media hora de sol al día, sin protectores solares ni vidrios pero eso puede aumentar los tumores de piel. 

El calcitriol es el metabolismo activo de la vitamina D. Induce respuestas genómicas y no genómicas (que pueden desarrollarse en segundos). Los receptores de la membrana y el núcleo se llaman VDR. Tras unirse con el calcitriol se favorece la transcripción de multitud de genes. Hay efectos que nada tienen que ver con los genes como son la absorción intestinal rápida de calcio y la estimulación de las células beta que producen insulina. En el riñón actúa sobre la homeostasis calcio/fósforo, regulándola. En las células del túbulo contorneado proximal se produce la conversión del calcifediol en calcifetriol. El calcio y el fosfato bajos, la parathormona y la hormona del crecimiento favorecen su producción. El fósforo elevado inhibe la transformación de calcifediol en calcitriol.
La función endocrina más conocida del SEVD, que lleva a cabo su forma hormonal (1,25(OH)2D3 o calcitriol), es mantener la homeostasis calcio-fósforo del organismo, y la salud del hueso con un papel esencial de las interacciones entre intestino, riñones, hueso, y glándulas paratiroideas.
El transporte de calcio transcelular es un proceso saturable compuesto de tres pasos regulados por calcitriol:
1)Entrada de calcio a través del canal de calcio de la membrana apical.
2)Ligamiento a la proteína de unión al calcio calbindina-D.
3)Extrusión de calcio a través de la membrana baso-lateral por la bomba de calcio de membrana plasmática que facilita la translocación del calcio a los capilares intestinales y a la circulación general.

El calcitriol incrementa el transporte de fosfato estimulando en la superficie luminal de enterocitos de yeyuno e íleon.
El calcio filtrado en el glomérulo se reabsorbe tanto en el túbulo proximal como en el túbulo distal, y solo el 1-2% aparece en la orina. El 65% del calcio filtrado se reabsorbe pasivamente en los túbulos proximales. En el túbulo distal la absorción de calcio está regulada por 1,25 (OH)2D3. y PTH y tiene un mecanismo transcelular activo semejante a la absorción intestinal de calcio. Los túbulos proximales son el lugar principal de la síntesis de 1,25(OH)2D3 (calcitriol) y de la reabsorción transepitelial de fosfato mediante co-transportadores sodio- fosfato. La interacción de la 1,25-dihidroxivitamina D 3 con el receptor VDR incrementa la eficiencia de la absorción intestinal de calcio de un 30% a un 40% y la absorción del fósforo en cerca del 80%. En estados de deficiencia de calcifediol puede disminuir la absorción de calcio un 15-30% y la de fosforo hasta un 60-40%.
Cuando el aporte de calcio dietético es insuficiente, se produce un balance de calcio negativo, los niveles de calcio sérico se mantienen normales por un aumento de 1,25(OH)2D3 y PTH que aumentan la reabsorción ósea y reducen la mineralización de la matriz ósea. En este caso, el calcitriol y la parathormona convertirían a los osteoblastos en osteoclastos destructores de hueso.
El principal estímulo para la secreción de parathormona es la hipocalcemia y el fosfato elevado en sangre. El calcitriol disminuye la producción de parathormona. Cuando existe deficiencia prolongada de vitamina D se produce hiperplasia de las paratiroides, e incremento en la síntesis y secreción de la PTH, que se mantiene, sobre todo en ancianos, incluso tras normalizar niveles de 25-hidroxivitamina D. En la insuficiencia renal crónica la hipocalcemia, hipofosfatemia y la deficiencia de 1,25(OH)2D3 producen un estímulo crónico sobre las PTG que condiciona el desarrollo de hiperparatiroidismo secundario. El calcio, es crítico para la contracción y la relajación muscular, y 1,25(OH)2D3 estimula la afluencia rápida de calcio de una manera VDR-dependiente a través de canales dependientes de voltaje, y estimula la liberación de calcio de las reservas intracelulares. La deficiencia de vitamina D produce una pérdida preferencial de fibras musculares tipo II asociadas con infiltración grasa, fibrosis y pérdida de fuerza. Clínicamente, la deficiencia de vitamina D se asocia a pérdida de fuerza en cinturas proximales, dificultad para la marcha y aumento de las caídas. En diversos estudios se ha objetivado que dosis grandes y muy espaciadas eran contraproducentes. Era preferible dosis menores y menos espaciadas. Es necesario administrar un promedio de 800 a 1000 unidades internacionales diarias con unos niveles séricos superiores a 20 a 30 ng/ml. En general se han obtenido mejores resultados en la disminución del porcentaje de fracturas de caderas que el de fracturas vertebrales.



(continuará)

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