lunes, 16 de diciembre de 2019

MALARIOTERAPIA


El psiquiatra Wagner Von Jauregg (1857-1940) recibió el premio Nobel en 1927. Este psiquiatra austriaco utilizaba la inducción de malaria para mejorar, o curar, la parálisis general progresiva de la sífilis. Obtenía entre un 10 a un 30% de mejorías clínicas significativas. Utilizaba la sangre de pacientes infectados por Plasmodium Vivax con la condición de que no hubieran recibido quinina. El objetivo era conseguir un promedio de diez episodios con fiebre de 39º. Posteriormente se instauraba un tratamiento con quinina de dos días de duración. El procedimiento se basaba en obtener sangre de pacientes infectados, justo al comienzo de los accesos febriles de la fiebre terciana, y administrarlos al paciente psiquiátrico por vía intramuscular o subcutánea. A veces por ambas vías al mismo tiempo. En realidad el tratamiento se utilizó para otras muchas patologías psiquiátricas y con buenos resultados. Nunca estuvo claro si los efectos beneficiosos eran por la fiebre o por la malaria, aunque pensaban que la malaria era responsable de esa mejoría. Los mecanismos fisiopatológicos son desconocidos. En la actualidad, este tratamiento ha sido reconsiderado para la demencia que presentan los pacientes con HIV.

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